
Leyendo la prensa de este fin de semana apareció ante
mí un artículo en la sección de opinión de El Diario (uno de los periódicos más
antiguos de este país) una nota de opinión a cargo de Manfredo Kempff Suarez,
en esa nota se hace una crítica a la actuación del canciller de Bolivia David
Choquehuanca en la Organización de Estados Americanos (OEA) hace unos días, la
crítica en cuestión hace énfasis en unos puntos interesantes, Manfredo Kempff destaca:”Nuestros
dignatarios señalan aquí y en el exterior lo primero que se les viene a la
cabeza sin medir las consecuencias inocentemente” esto es para él una actuación
“ingenua”, “colorinche”, “primitiva” “campesina” e “infantil”, con estos
adjetivos el pretende describir de su muy personal forma cual es su impresión
sobre el gobierno que actualmente conduce el presidente Evo Morales. La
impresión de desagrado sobre lo “campesino”, “primitivo” e “infantil” es clara en
sus líneas, es una expresión de racismo en el siglo veintiuno que refleja una
manera de pensar propia de los remanentes del pasado de dominio colonial
español, un poco mas y habría dicho que el presidente Evo Morales es un
retardado (claro, que no lo dijera no quiere decir que no lo piense) también le
molesto el carácter anecdótico que a
veces suelen emplear nuestras autoridades al expresarse de una manera
espontanea en escenarios internacionales, un actuar que en verdad suele generar
el efecto de cercanía y humanidad en los hombres públicos (a diferencia del
impersonal e inexpresivo discurso al que los tecnócratas de corbata nos tienen
acostumbrados en sus exposiciones). La naturaleza del dialogo varía dependiendo
de si existe o no sinceridad en la boca
de la persona que está frente a nosotros, todos lo hemos experimentado, esa
sensación en el estomago cuando sabemos que alguien nos está mintiendo a la
cara, sin un solo parpadeo, con toda la seguridad fingida, y con una actitud
que dice:”tu no me importas, solo quiero robar tu dinero”. Paseando por las
calles de este país hace una década era
posible ver los periódicos mostrando la
imagen de los gobernantes, apellidos como Mac Clean, Paulovich o Sánchez de
Losada atiborraban los titulares, la palestra política de Bolivia estaba repleta
de este tipo de personajes, iones aislados que Vivian al margen de la realidad
de Bolivia, capataces que eran los únicos que esta gente conocía, y hasta
habían llegado a pensar que era parte del orden natural que los hombres de foránea presencia estaban
destinados para pisotear y los bajos para ser pisoteados. Lo que solía
desagradarles a los foráneos que heredaron el poder (por la noción de identidad
que tienen), era tratar temas de gente de baja ralea, hablar de Coca, de
acullico o hablar de papa-lizas como lo hace el Canciller de la Republica.
Al margen del odio visceral que se expresa contra la
raza que constituye el 90 por ciento de la totalidad de la población de Bolivia
(algunos dicen que es menos, pero es falso, son muchos más los Mamani y los
Condori que los Kempff en este país, el
censo de finales del 2012 dará clara demostración de esto), nos damos cuenta
que la identidad de esta nación, su población, se rige por las normas del
dialogo dentro de una comunidad, en la cual, todos son iguales, donde
todos pueden hacer demandas, criticar, y
regañar a los demás cuando consideran que se está cumpliendo mal una labor, la
labor que debe ir en beneficio de la gran familia, para ellos lo único que
realmente importa es la gran comunidad, es eso que a veces su visión se hace obtusa
cuando hay que comprender y evaluar algunos hechos que sucede fuera de las
fronteras de la comunidad, el peligro no se siente tan real, lo que pase afuera
es algo que perciben como muy lejano,
que no puede afectarlos, al menos no de forma importante(tal vez por eso las
noticias del exterior son apenas
mencionadas en los medios de comunicación, medios que alardean de modernidad, están igualmente condicionados
por su identidad ). Pero llegado el año
2014 este país históricamente discriminado se planteara nuevamente el problema
de su identidad, y votara, y sin darse cuenta de las fuerzas que guían su
proceder, aun sin quererlo actuaran de acuerdo a la forma en que la gran
comunidad que todos ellos constituyen
les enseño a pensar, y no me refiero a una cuestión racial, sino al habito
cotidiano del vivir, las formas y las maneras que unen a todos los bolivianos,
(la aplastante mayoría de raza india,
los japoneses, los menonitas y demás emigrantes de Europa), forma del existir
que los diferencia de los demás pueblos
de nuestra América, le llamarían cultura algunos, idiosincrasia otros , los
bolivianos le dirían “así nomas somos” con
ese toque de aceptación muy propio de ellos.