domingo, 11 de marzo de 2012

La papa-liza de los bolivianos.





 Leyendo la prensa de este fin de semana apareció ante mí un artículo en la sección de opinión de El Diario (uno de los periódicos más antiguos de este país) una nota de opinión a cargo de Manfredo Kempff Suarez, en esa nota se hace una crítica a la actuación del canciller de Bolivia David Choquehuanca en la Organización de Estados Americanos (OEA) hace unos días, la crítica en cuestión hace énfasis en unos puntos interesantes, Manfredo Kempff destaca:”Nuestros dignatarios señalan aquí y en el exterior lo primero que se les viene a la cabeza sin medir las consecuencias inocentemente” esto es para él una actuación “ingenua”, “colorinche”, “primitiva” “campesina” e “infantil”, con estos adjetivos el pretende describir de su muy personal forma cual es su impresión sobre el gobierno que actualmente conduce el presidente Evo Morales. La impresión de desagrado sobre lo “campesino”, “primitivo” e “infantil” es clara en sus líneas, es una expresión de racismo en el siglo veintiuno que refleja una manera de pensar propia de los remanentes del pasado de dominio colonial español, un poco mas y habría dicho que el presidente Evo Morales es un retardado (claro, que no lo dijera no quiere decir que no lo piense) también le molesto  el carácter anecdótico que a veces suelen emplear nuestras autoridades al expresarse de una manera espontanea en escenarios internacionales, un actuar que en verdad suele generar el efecto de cercanía y humanidad en los hombres públicos (a diferencia del impersonal e inexpresivo discurso al que los tecnócratas de corbata nos tienen acostumbrados en sus exposiciones). La naturaleza del dialogo varía dependiendo de  si existe o no sinceridad en la boca de la persona que está frente a nosotros, todos lo hemos experimentado, esa sensación en el estomago cuando sabemos que alguien nos está mintiendo a la cara, sin un solo parpadeo, con toda la seguridad fingida, y con una actitud que dice:”tu no me importas, solo quiero robar tu dinero”. Paseando por las calles de este país hace  una década era posible ver  los periódicos mostrando la imagen de los gobernantes, apellidos como Mac Clean, Paulovich o Sánchez de Losada atiborraban los titulares,   la palestra política de Bolivia estaba repleta de este tipo de personajes, iones aislados que Vivian al margen de la realidad de Bolivia, capataces que eran los únicos que esta gente conocía, y hasta habían llegado a pensar que era parte del orden natural que  los hombres de foránea presencia estaban destinados para pisotear y los bajos para ser pisoteados. Lo que solía desagradarles a los foráneos que heredaron el poder (por la noción de identidad que tienen), era tratar temas de gente de baja ralea, hablar de Coca, de acullico o hablar de papa-lizas como lo hace el Canciller de la Republica.
Al margen del odio visceral que se expresa contra la raza que constituye el 90 por ciento de la totalidad de la población de Bolivia (algunos dicen que es menos, pero es falso, son muchos más los Mamani y los Condori  que los Kempff en este país, el censo de finales del 2012 dará clara demostración de esto), nos damos cuenta que la identidad de esta nación, su población, se rige por las normas del dialogo dentro de una comunidad, en la cual, todos son iguales, donde todos  pueden hacer demandas, criticar, y regañar a los demás cuando consideran que se está cumpliendo mal una labor, la labor que debe ir en beneficio de la gran familia, para ellos lo único que realmente importa es la gran comunidad, es eso que a veces su visión se hace obtusa cuando hay que comprender y evaluar algunos hechos que sucede fuera de las fronteras de la comunidad, el peligro no se siente tan real, lo que pase afuera es algo que perciben como  muy lejano, que no puede afectarlos, al menos no de forma importante(tal vez por eso las noticias del exterior  son apenas mencionadas en los medios de comunicación, medios que alardean de  modernidad, están igualmente condicionados por su identidad ).  Pero llegado el año 2014 este país históricamente discriminado se planteara nuevamente el problema de su identidad, y votara, y sin darse cuenta de las fuerzas que guían su proceder, aun sin quererlo actuaran de acuerdo a la forma en que la gran comunidad  que todos ellos constituyen les enseño a pensar, y no me refiero a una cuestión racial, sino al habito cotidiano del vivir, las formas y las maneras que unen a todos los bolivianos, (la  aplastante mayoría de raza india, los japoneses, los menonitas y demás emigrantes de Europa), forma del existir que  los diferencia de los demás pueblos de nuestra América, le llamarían cultura algunos, idiosincrasia otros , los bolivianos le dirían “así nomas somos”  con ese toque de aceptación muy propio de ellos.

  

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